Extingue el fuego por enfriamiento y puede ser empleada en forma de chorro o finamente pulverizada. El agua a chorro, solamente deberá emplearse en fuegos de la clase “A”. El agua pulverizada se puede emplear en fuegos de la clase “A” y en fuegos de la clase “B”, cuando se trate de líquidos combustibles de los llamados pesados, como el fuel-oil, gas-oil, etc.).
Es un gas inerte, por lo que se utiliza como elemento de sofocación en los fuegos. Es eficaz para fuegos producidos por líquidos inflamables y en fuegos eléctricos por no ser conductor y no dejar residuos.
Generalmente es un compuesto químico a base de bicarbonato de sosa y un agente hidrófugo. Actúa por sofocación y paralización de la reacción en cadena. Actualmente se emplean principalmente dos tipos de polvo seco; el polvo seco químico normal y el polivalente, o antibrasa. Este último, refresca mucho más el combustible, por lo que es más efectivo que el normal para fuegos de tipo “A”. Además, existen una serie de formulaciones de polvo seco especiales para combustibles de tipo “D”.
El polvo seco normal es efectivo en fuegos de clase “B”, “C” y fuegos en presencia de tensión eléctrica. Se puede emplear en los de clase “A”, pero seguidamente habrá que utilizar agua para que no se reaviven las llamas.
Se forma por la mezcla de una solución ácida en otra básica. Al mezclarse íntimamente, ambas soluciones reaccionan, produciéndose anhídrido carbónico (CO2), con el consiguiente aumento de presión que lanza la espuma extintora.
Este tipo de espuma tiene el inconveniente de atacar los metales, ser conductora de la electricidad y disolverse en los alcoholes, por lo que no se usa en la actualidad.
Es una masa de burbujas unidas entre si por un estabilizador, que se aplica en forma de manta sobre los líquidos en combustión, impidiendo o apagando el fuego por sofocación. Esta espuma se disuelve en los hidrocarburos solubles en agua, como los alcoholes, acetona, etc, por lo que no es posible emplearla en fuegos de este tipo.
Nunca se deberá utilizar conjuntamente con el agua, ya que ésta rompe la manta de espuma. Es eficaz para combatir fuegos de clase “B” con las limitaciones antes mencionadas y en los de clase “A”, dejando permanecer bastante tiempo la manta formada. Por los inconvenientes que presenta, la espuma física cada vez se usa menos.
Son agentes extintores que actúan en la extinción de fuegos como paralizadores de la reacción en cadena. Tales compuestos resultan muy eficaces contra fuegos eléctricos y son aceptables para fuegos de clase “A” y “B”.
Sustituyen a los denominados halones, ya que éstos, como CFC,s (clorofluorocarbonados) que son, perjudican la capa de ozono y además contienen bromo que, según se ha demostrado, también contribuye a la reducción del ozono en la atmósfera.
Por ello, el uso de los halones ha sido prohibido y en su sustitución se usan últimamente otros productos como el FM200, el NAF SIII, el INERGEN, etc., de similar eficacia extintora y que no presentan los inconvenientes de aquellos.